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Gabriela Herrera

La vida a tu lado... | Mi hija cumple 8


Cuando empecé el blog tuve muy claras dos cosas:

  1. Quería transmitir algo a las mamás, ya sea empatía, paz, aprendizaje o desahogo.

  2. Que cuando mis hijos estuvieran grandes pudieran encontrar en este espacio letras salidas del corazón de su mamá.

Así que es por eso mientras viva, cada día de sus cumpleaños dedicaré un texto a cada uno, si gustas, te invito a leer este que dedico a Carolina.

El embarazo de Caro ahora que lo pienso fue el ideal: sin náuseas, sin sueño de ese que te quieras dormir en cualquier superficie, en general, fue un embarazo muy lindo. Claro el primer embarazo y no tenía contra que compararlo así que cuando apareció la hinchazón de pies y un dolor extraño en las muñecas en el último trimestre, me asusté.

El dolor de muñecas fue derivado de la hinchazón por retención de líquidos y el diagnóstico fue: Síndrome del túnel carpiano.

El dolor en vez de disminuir cada vez aumentaba más impidiéndome hacer movimientos tan sencillos como agarrar mi bolsa o cepillarme el cabello. Al estar embarazada no se puede tomar antiinflamatorios por lo que mi ginecólogo me recetó utilizar muñequeras rígidas y tratar de combatir la retención de líquidos, que no logre.

Las últimas dos semanas estuve en reposo absoluto por un movimiento que hice que desencadenó un dolor terrible de espalda y esto a su vez, me provocó contracciones. En fin llegó el día del nacimiento de Carolina y contrario a lo que imaginé ese día estaba muy tranquila, sentía mucha paz y confiaba en que todo estaría bien.

No recuerdo si ya les platiqué antes pero siempre pensé que tendría 3 hijos y el primero sería hombre. Cuando escuche en la semana 18 al doctor decirnos que era una niña tuve que asimilarlo un par de días pues eso no estaba en mis planes. Cuando nació y la vi tuve que asimilar que sus facciones no eran como yo había imaginado, no me juzgues ahora entiendo que todo era producto de las expectativas que me hice sobre mi maternidad en general y eso incluía hasta el físico.

En fin para mis ojos era la bebé más hermosa que había visto (pues sí mamá gallina) y poco a poco he aprendido a soltar, no ha sido fácil pero Caro me ha ayudo mucho pues siempre ella fue quien marcó la pauta y la que nos decía: ¡Hey! Así soy yo.

Desde que pudo sentarse bailaba al escuchar música, en cuanto empezó a decir sus primeras palabras (a los 8 meses papá, a los 9 leche y de ahí no se detuvo) intentaba cantar o tararear. Gateo en el instante en el que ella así lo decidió, porque antes pudo haber sido muy pronto, ella ese tiempo de gateo lo utilizaba en observar con atención todo lo que sucedía a su alrededor y en conversar. 8 años después sigue igual observando, cuestionando, hablando mucho, bailando y tarareando.

Ella me enseñó que las expectativas eran mías, que ella tiene otros planes y que es mejor que yo la observe y la ayude cuando necesite tomar una decisión o simplemente ser rodeada por los brazos de mamá.

Mi niña te amo hoy y siempre y deseo que cumplas tus sueños y anhelos. La vida ha sido mucho mejor a tu lado, tú y Daniel son el motivo de muchas decisiones que he tomado y de que hoy me sienta tan feliz por ello. ¡Felicidades mi amor!

En muchas cosas como el habla iba muy adelantada y en otras cosas nos enseñó que no importaba lo que nosotros quisiéramos, ella lo haría cuando ella quisiera. El claro ejemplo es el gateo, por más que la poníamos de pancita y veía a los compañeritos de la guarde, lo hizo cuando ella quiso.


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