¿Alguna vez has dicho “no quiero sentir tanto”?. Si sí, te comprendo.
Habemos personas más sensibles que lloramos con mucha facilidad y empatizamos mucho con los demás. Esto en algún momento a mi me causó conflicto y en consulta escucho muy seguido un deseo de “apagar” esa humanidad.
¿Sabes de donde viene a veces ese deseo? De la crítica que se recibe de otras personas como:
💬 ¿Vas a llorar por eso?
💬 ¿Y tú por qué sufres?
💬 ¿A ti que más te da?
💬 ¿Es en serio que ya vas a llorar?
💬 Es de esas personas que llora hasta con comerciales.
💬 Ja ja ja ya va a empezar a llorar.
💬 Te preocupas por todo.
💬 ¡Qué horror que sientas tanto!.
Y después de eso claro una empieza a pensar que algo está mal, que no somos “normales” y curiosamente aparece el deseo de eliminar eso.
Te diré algo… ya pasé por eso, ya me enojé conmigo y también ya hice las paces. Me ayudó que me dijeran una vez que si cambiaba esa característica tan mía, perdería mi esencia y la forma de relacionarme con el mundo 🤯 ¡Gracias maestro de vida! 😘
Hoy esa sensibilidad la valoro, la honro, la respeto porque es mi súper poder, es el pilar fundamental de quien soy y desde la compasión aprendí a dejarme invadir por ella cuando es lo que toca y cerrar esa puerta cuando necesito arraigarme a mi y que nada me desestabilice.
Espero que esto le sirva a alguien que esté en lucha continua con su esencia.
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