Hoy cumple 3 años Daniel mi hijo pequeño y parece que fue ayer cuando me enteré que estaba embarazada por segunda vez.
Como lo platiqué hace un año en este post (click aquí) mi embarazo con él fue todo un reto, desde vivir con angustia los primeros meses por presentar una placenta baja, lidiar con las nauseas y agruras hasta los 6 meses y mover cada músculo de mi cuerpo del séptimo al octavo mes. Recuerdo perfectamente el momento en el que nació y escuché su llanto, un llanto que implicaba una victoria y que habíamos llegado, si no al final del embarazo, por lo menos a una semana en la que no corríamos riesgo ninguno de los dos.
Desde ese día él se ha encargado de demostrarme lo diferente que es a su hermana y esta aventura de 3 años ha sido eso, una aventura. Este niño nos tiene viviendo en una adrenalina constante porque hace cosas que creíamos que nadie haría, nos mantiene más activos porque a él le gusta hacer de todo un poco, eso sí al mismo tiempo y sin mucha precisión. Es travieso y como es muy activo, las travesuras las hace rapidito.
Tiene una sonrisa y unos ojos que enamoran (no solo lo digo yo, también sus abuelas) y puede pasar de la seriedad a la comedia en un dos por tres.
Hoy para esta familia es un día muy especial porque damos gracias por celebrar otro año más a su lado, aprendiendo, corriendo, conociendo y hablando por mi, comprendiendo de una manera más directa, que cada persona tenemos nuestros procesos madurativos, cognitivos, sociales e intereses distintos. Que cada hijo es único con temperamentos y habilidades distintas y con sus propios tiempos.
Gracias mi amor por enseñarme tanto en tan poco tiempo. ¡Felicidades!