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La biodescodificación: detectar y liberar la emoción.


Desde mi perspectiva como profesional de la salud creo que las enfermedades tienen raíz genética, ambiental y/o mental. Por ejemplo creo que si una persona vive en una zona muy contaminada, fuma, no se alimenta correctamente, siempre está estresada y sus padres y abuelos han tenido enfermedades como cáncer o enfisema pulmonar, es muy probable que esa persona lo desarrolle.

Pero también creo que el cuerpo nos habla y busca la forma de expresar aquello que no estamos manejando, que escondemos en el fondo de nuestro ser.

La biodescodificación hace referencia a que una enfermedad es producto de una emoción, por ejemplo: la afonía surge cuando nos quedamos callados algo que debimos de haber expresado, o sea cuando guardamos las palabras que no dijimos, el escurrimiento nasal se dice que es el llanto que no dejamos fluir, la tos es un recordatorio de que algo necesitamos expulsar (hablar), las contracturas musculares se relacionan con la falta de flexibilidad o resiliencia, la artritis con la falta de expresión o con la rigidez de pensamiento y el colon irritable con la incapacidad de digerir situaciones y de soltar.

El arte de la biodescodificación radica en detectar el síntoma emocional que genera la enfermedad o hacerlo consciente, descodificarlo y liberarlo. Como ya te comenté existe una predisposición genética, pero también existe un inconsciente que almacena demasiada información.

Por lo que para sanar, ya sea que pruebes hacerlo tu mismo o con ayuda de un terapeuta, la labor será encontrar esa raíz y buscar respuesta a preguntas como; ¿Qué me trajo hasta aquí?, ¿Por qué me siento así?, ¿Qué está tratando de expresar mi enfermedad que yo no he expresado?, ¿Con qué aspecto de mi personalidad relaciono mi enfermedad?, ¿Qué tanto expreso mis emociones o lo que pienso? y detectar si la raíz es enojo, tristeza, carencia afectiva, poca disposición a soltar el control, altas exigencias a mi mismo, etc.

Como te platiqué en el artículo anterior, al padecer síndrome de intestino irritable he ido respondiendo algunas de esas preguntas y sobre todo trabajar en las respuestas. Algo que ya he logrado es que antes al enfermarme con un resfriado ligero o una gripe de muerte, siempre me daba tos. Por parte de mi familia paterna a muchos esta tos nos da en serio, nos dura meses y nos dan unos accesos por más de 15 minutos. Detecté que al sentir algún síntoma de resfriado, mi cuerpo en automático se tensaba porque ya venía la temible tos, hasta que la biodescodifiqué. Después de eso si me he enfermado, pero me he sorprendido que cuando vuelve con esa intensidad, es porque debo de atender también lo emocional y analizar que está sucediendo y trabajarlo.

Respecto al colon irritable, me faltan muchos cambios por hacer como incrementar el consumo de agua, hacer ejercicio, analizar los alimentos que mi cuerpo tolera (ya tengo una lista larga pero hay otros que todavía no lo sé), mientras tanto lo que me está ayudando en este proceso es desmenuzar la raíz del síntoma, por qué razón me siento así y a la par me ayuda mucho la música, el escribir y leer como lo dije en el otro post y un nuevo ingrediente: meditar.

No te voy a negar que soy la más novata en esto y que mi cerebro vive revolucionado dando brincos entre el ayer y en el mañana, todo el tiempo estoy pensando en todas las tareas que tengo que realizar, los pendientes que tengo que hacer, las citas programadas y claro que esto incluye las agendas de mis dos hijos.

Por todo eso, meditar ha sido difícil ya que no estoy acostumbrada a "apagar" esos pensamientos, ni mucho menos a tener la mente en blanco. Puedo decirte que las pocas veces que lo he logrado se siente tan bien y me recuerdo constantemente que debo de seguir haciéndolo ya que una vez que logré meditar (doy brincos de felicidad), al día siguiente me sentía tan “rara” en mi trabajo, sentía que algo me faltaba o algo se me había olvidado. Después de platicarlo con una amiga me di cuenta que lo que me faltaba era: ¡estrés!, estaba tranquila y relajada, sin tensión, sin colon irritable, sin preocupaciones y ahí fue en donde hice ese “click” y pensé: "¡Así es como me debo de sentir siempre! ¡Esto es lo que es correcto para mi! ¡Ya se me había olvidado!"

Es una lucha diaria no te lo voy a negar y a veces creemos que al hacer consiente nuestros padecimientos, estos desaparecerán por arte de magia. A veces es así, pero otras (muchas) no, porque el cuerpo habla pero pide ser escuchado, lo cual requiere no nada más poner atención, si no hacer cambios.

Muchas personas cuando les hablo de esto me dicen: "y eso que tu eres psicóloga". Ya mejor me río, porque sí soy psicóloga y me apasiona la psicología, la mente humana, analizar el comportamiento para ayudar, pero también soy humana y también me dejo llevar por el día a día ese en el que no tengo nada más el rol de psicóloga, también soy madre, esposa, hija, amiga, representante del salón de mi hija, bloguera, etc. Y todo eso demanda en diferentes cantidades, parte de mi.

Lo bueno de esto es que cuando haces ese "click" probablemente ya lo había hecho en otra situación similar, entonces es como si solo te hubieras despertado más temprano que los otros días y te hubieras puesto los tenis para empezar la carrera... ya sabes que hacer y por donde irte, pero ahora viene lo bueno, trabajar en ello todos los días.

Gabriela

Una psicóloga que también es humana y que como muchos, le abre la puerta al estrés.

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