¿Cuántas veces hemos leído cuentos, libros o hemos visto películas en los que la trama se basa en el rescate físico o emocional de una princesa y es llevado a cabo por su príncipe soñado?
En automático pienso en las princesas ¿y tú?. Debo admitir que algunas historias me gustan porque son divertidas, sin embargo el mensaje está claro: Encuentra a tu príncipe (de preferencia antes de los 20), haz locuras, cambia tu físico, dale prioridad a él antes que a tu familia, ámalo, atiéndelo y vivirán felices para siempre.
La historia que aplaudo es la de Mérida de la película Valiente porque pelea por NO casarse (y eso que data de la época medieval). Pero hay otras historias en donde la protagonista decide cambiar su aspecto por un hombre con el que jamás ha interactuado y de paso, abandonar a su familia, ¿ya adivinaron de quién se trata? Les daré una pista nada mucho y canta bonito.
¿Estamos dando el mensaje correcto a nuestr@s hij@s? Sigo creyendo que no.
Dejando de hablar de caricaturas para aquellas que tienen hij@s adolescentes, les platico que encuentran el mismo mensaje en libros o novelas románticas, la diferencia es que éstos involucran el erotismo y casi siempre él es millonario (o sea un príncipe moderno).
El mensaje está claro y va mas o menos así: un millonario seductor de corazón frío llegará a la vida de una joven ordinaria, que en un principio lo único que quiere es tener relaciones íntimas con ella y pareciera que en ese tema la conoce a la perfección porque la llevará al éxtasis con solo sonreír, mostrará durante una gran parte de la trama que no tiene sentimientos pero por ella su corazón se ablandará, se convertirá en el hombre más amoroso, cariñoso, comprensivo y obviamente la llenará de lujos, de regalos sumamente costosos para después darle todos sus millones con los ojos cerrados. También muchos de estos libros incluyen en la trama un embarazo, lo cual viene a culminar la vida feliz y armoniosa por la llegada de un heredero.
En esta época en donde más que nunca, se busca empoderar a la mujer en todos los sentidos y en donde las mamás jóvenes tratamos de educar a nuestros hijos en igualdad y respeto, leer algo así me causa conflicto.
No voy a negar que algunas historias te atrapan y quieres terminar el libro en una sentada. Tampoco negaré que la tensión sexual de los personajes logra traspasar las páginas del libro, pero lo que sí enfatizo es que estas historias distan mucho de la realidad y la mayoría de las jóvenes los leen desde antes de cumplir la mayoría de edad y ahí radica mi preocupación.
Por una parte porque después de haber recibido un taller con las princesas de las caricaturas durante la etapa infantil, ahora en la juventud reciben el diplomado con libros de este tipo. El primero es un mensaje romántico-inocente y después de forma erótica-romántica.
Entonces al leer algo así, las que románticas empedernidas querrán hacer su obra de caridad y buscar al príncipe guapo, seductor, solitario, celoso, frágil y a la vez de piedra para convertirse en la chica especial que derrumbará los muros de su corazón.
Vuelvo a hacer una aclaración, no estoy en contra de este tipo de libros, porque miren que he leído bastantes, pero normalmente los que logran atraparme son los que tienen a una protagonista con carácter, que se defiende, que es libre, que sabe lo que quiere, hace las cosas a su manera y no a la de los demás y lo mejor de todo, vive sin culpas. Entonces ahí aunque llegue el millonario seductor, ella lo tratará como trataría a cualquier hombre que se comportara como un patán.
Con este artículo lo que pretendo es que no perdamos de vista el mensaje que llega a nuestros hij@s. Si bien mucho se ha puesto a discusión el mensaje erróneo que se da en las películas y videos sexuales explícitos, esos en los que la mujer no necesita de un pre, siempre está dispuesta y siempre quiere que la traten de forma ruda, ahora los libros eróticos entran al juego con otro mensaje tanto para nuestros hijos como para nuestras hijas.
No digo que no leas, que no veas, porque TODAS merecemos nuestro momento de esparcimiento, diversión, fantasía y entretenimiento y no sería congruente conmigo ni contigo ya que confesé leer ese tipo de tramas. Pero si te invito a verlo como eso como una forma de entretenimiento y siempre, preguntar a tus hijos con qué mensaje se quedan y que aprendieron de la película o el cuento, para poder saber nosotros como padres como lo están interpretando ellos y si tus hijos leen los libros eróticos, destacar que es solo una novela y que el amor en la vida real requiere de muchos otros ingredientes.
Lo que a mi me gustaría que se transmita a nuestros hij@s es que no existe una receta, ni pasos a seguir para ser felices y que la felicidad jamás dependerá del amor, que la pareja es algo maravilloso para compartir pero no es la única fuente de felicidad, como tampoco es casarse, tener hijos o ser exitoso en el mundo de los negocios. También me gustaría transmitir el amor propio, el autoconocimiento, el crecimiento personal y que con esto, las relaciones de pareja que tendrán serán menos tóxicas y más en equipo, en armonía, centradas en el amor, confianza y respeto mutuo.
La felicidad es tan personal que cada uno la alcanza de diferente manera y es tan pasajera que en un mismo día podemos alcanzarla varias veces o de plano ninguna, más que felicidad lo importante es estar en paz con uno mismo y con los que nos rodean.
Lo que sugiero que podemos hacer es (me referiré en específico a nuestras hijas por la sociedad que nos rodea) sembrar en ellas que sean tenaces, que luchen por lo que quieren, que hagan las cosas en las que crean firmemente y no las que dicte la sociedad, que jamás hagan algo por sentirse obligadas o porque disminuirá su popularidad, que den más importancia al ¿Qué quiero yo? antes del ¿Qué pensarán los demás?, que sean auténticas, empáticas, que vivan sin culpas, que trabajen, que aprendan cosas constantemente, que se involucren en lo que sucede a nivel mundial, que tengan metas, objetivos a corto, mediano y largo plazo, que sepan organizarse, que viajen y que no se comparen para ser una copia de alguien.
Y a nuestros hijos varones inculcarles la responsabilidad, involucrarlos en todas las tareas del hogar, evitar el machismo porque desde casa muchas veces nosotras las mamás lo propiciamos haciendo diferencias y explicando porque no está bien que el hombre haga ciertas tareas. Enseñarles también a decir no, a no hacer cosas por sentirse presionados o comparados, a entender cuando una mujer dice no, a que la felicidad la encuentran en cosas o acciones pequeñas y no necesariamente siendo millonarios, porque creanme conozco algunos millonarios que simplemente no son felices porque el dinero lo les da ciertas satisfacciones.
Y tanto a los hijos como a las hijas, insisto, que no existe el "vivieron felices para siempre", porque para eso hay que trabajar a diario, aceptar que la felicidad también la componen altibajos, de momentos buenos y momentos malos o tristes que nos hacen sacar lo mejor de nosotros y salir a adelante.
Tenemos una gran tarea ¿verdad?
Gabriela