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Somos mamás.


¿Eres mamá? Yo también... entonces somos mamás, punto.

Hoy escribo sobre este tema porque a raíz de que me convertí en mamá, hace casi 7 años he visto como cada vez nos sentimos más seguras al elegir, entre muchas otras cosas, nuestro propio estilo de crianza lo cual aplaudo.

Hoy me referiré únicamente a dos grupos de mamás: Las que trabajan mucho (demasiado o las 24 horas) en casa y las trabajan mucho (demasiado) con un horario de oficina y un horario de mamá.

Actualmente tengo un trabajo de medio tiempo para el cual debo salir de casa y desde la hora de la comida hasta en la noche estoy con mis hijos. Tengo alrededor de 10 años en un esquema así de medio tiempo porque siempre he trabajado en escuelas y antes de eso tuve horario completo o de oficina como se le llama. Hace casi 3 años tuve una pausa laboral y me dediqué a mi casa por un año y medio, así que he estado en ambos lados.

Como ya lo he mencionado en las redes, me gusta hablar sobre la empatía y hoy este artículo lo dedico a eso, a la empatía entre mamás.

No creo que un solo estilo de crianza sea el mejor, lo que creo es que el que elegimos es el que es mejor para nosotros, la familia. Si una mamá decide hacer colecho, se siente feliz y más tranquila por hacerlo, eso está bien. Si decide trabajar tiempo completo para continuar con su desarrollo profesional y eso la hace feliz, eso está bien, así como si decide hacer una pausa o retirarse de su profesión para estar con sus hijos, si está feliz con la decisión (ya lo sé ya parezco disco rayado) ESO ESTÁ BIEN.

¿Por qué pareciera que luchamos o competimos entre nosotras? Ninguna es mejor y ninguna lo hace mal. No sé ustedes pero yo sigo descubriendo aspectos de la maternidad que desconocía y sigo a prueba y error porque cuando creo que ya lo tengo dominado, alguno de mis hijos entra en periodo de transición y todo cambia. El que me dormía toda la noche se empieza a despertar, la que tenía su rutina establecida empieza a alzar la voz y a intentar cambiar el sistema que hoy siente radical pero que ayer le parecía increíble y esto aplica en todos los contextos, lo que ayer me funcionaba puede que hoy ya no y que yo deba de adaptarme a ellos.

Estar en casa es una tarea tremenda y mucha gente no lo valora e incluso dicen “no hace nada, solo esta en la casa” lo cual me hace creer que esa gente no sabe lo que es estar a cargo de la casa. Salir a trabajar medio tiempo o tiempo completo también es una tarea tremenda porque es más difícil establecer tus propios horarios, sobre todo si tienes jefes y debes de entregar resultados.

Para ambos casos se requiere de una mega dosis de organización y planeación y todas absolutamente todas necesitamos saber que LO ESTAMOS HACIENDO BIEN!

Así que antes de juzgar a la mamá que tengamos a un lado, antes de pensar “yo no haría eso o yo haría tal”, tratemos de ponernos en sus zapatos, de observar porque lo hace, como se siente, que la motiva y también que puedo aprender yo de ella. Todas tenemos mucho que aportar, pero ninguna necesitamos justificarnos.

Hoy te invito a aplaudir a las mamás que te rodean, a celebrar con ellas sus logros, triunfos, a acompañarlas en sus derrotas, a ofrecer una mano, una palabra de aliento, te recuerdo que a veces las apariencias engañan y que no necesariamente todos tenemos una vida de cuento de hadas, no sabemos las batallas que libra cada una en el día a día. Pero independientemente de todo… SOMOS MAMÁS.

Con mucho amor a todas las mamás

Gaby

P.D. Terminé este artículo en un restaurante mientras comía con mi hija, probablemente fui juzgada por el señor que se detuvo a preguntarme la edad de mi hija y a decirme que que bien se porta mi hija porque me permite trabajar mientras ella colorea... no lo sé, tal vez pudo ser un cumplido.

Y sí sacrifiqué 10 minutos del tiempo mamá e hija para transmitir este mensaje a otras mamás, pero lo pienso reponer en este momento, porque así es la maternidad si hoy no lo logré, mañana puede ser que si.


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