"La vida no es solo una serie de accidentes o coincidencias sin sentido; es más bien una colección de hechos que culminan en un plan divino". Serendipity
Por días, meses o años o a veces solo en pequeñas rachas se nos presentan ciertos cuestionamientos como:
¿Qué estoy haciendo?
¿De qué me va a servir esto?
¿Por qué estoy aquí haciendo algo que no me gusta?
¿Por qué a mi?
¿Qué me depara el destino?
¿Por qué se fue?
¿Qué aprendizaje obtendré de todo esto?
¿Tendré la fuerza suficiente para levantarme y continuar?
¿Será que el día de mañana obtendré una respuesta?
Y entonces llega un día en el que comprendes por que estás justo en ese lugar.
Llega un momento en el que la vida, Dios, el universo, el destino o como lo quieras llamar, te coloca justo en donde debes estar. Sin darte cuenta te fue llevando por un camino, a veces alegre, a veces sombrío pero en el trayecto te fue preparando mientras susurraba al oído: ten paciencia, todo es para algo, todo lo estoy acomodando para ti, pero necesito que aprendas, que observes de verdad y desde el fondo de tu ser.
En este trayecto va colocando gente de los que obtienes un aprendizaje permanente o pasajero, experiencias que te fortalecen, momentos que enriquecen tu espíritu, tristezas que parece que parten tu corazón, pero al final juntas los pedazos, continúas sin saber bien porqué y sigues caminando, probablemente en un afán de que llegue ese día en el que todas las piezas del rompecabezas llamado vida embonen.
Y te das cuenta del por qué y del para qué.
¿Por qué escribo de esto? Porque el viernes conocí a una persona que estoy segura llegó a dar un mensaje que varias necesitábamos escuchar.
El mensaje en resumen es que todo es posible en la vida no importa la edad que tengas ni la situación física en la que te encuentres. Lo importante es el tiempo y esfuerzo que dediques a eso que tanto anhelas, la fuerza con la que pelees esa batalla, la actitud que tomes ante una enfermedad, pero también es igual de importante la forma en la que agradezcas cada momento, porque si solo pides pero no agradeces, probablemente no has terminado de aprender.
Y también te recuerdan que hay que agradecer.
Hoy tengo la fortuna de haber decidido en un aspecto de mi vida (el laboral) hacer varias cosas de lo que más me gusta y de una forma que jamás imaginé, pero también ella vino recordarme que necesito adoptar la gratitud como un hábito. Que diario debo dar las gracias por lo que tengo y también por lo que no tengo. Que debo devolver a la vida de forma auténtica y discreta una parte de lo mucho que recibo.
Y por último decides compartir este mensaje con los que te rodean.
Comparto el mensaje de ella quién como muchas otras personas en el día a día me recuerdan por qué estoy aquí, qué es lo que me llena y me hace feliz, a dónde quiero llegar y que estoy dispuesta a dar a cambio.
Hoy siento que nada es coincidencia y que todo nos lleva hacia donde debemos estar. Hoy recuerdo que debo agradecer y compartir.
Gracias Silvia por transmitir un gran mensaje y por inspirarme para escribir este artículo.
Gracias a ti por leerme y por llegar hasta aquí.
Gabriela